Crear un negocio es una decisión arriesgada porque, al principio, las probabilidades de ganar o perder son iguales; por esta razón, hay que contar con todas las herramientas necesarias para que sea una apuesta segura y los márgenes de error sean mínimos. En este sentido, es fundamental buscar a un equipo de abogados para startups, que le oriente en este arduo proceso.
Las leyes que regulan estas actividades son claras y transparentes y, por supuesto, no dan espacio para equivocaciones. Esto es una realidad que pocos emprendedores conocen a la hora de iniciar un proyecto, por lo que deben aprender a reconocer los escenarios que representen un riesgo latente para la sobrevivencia de un negocio.
Los abogados que se especializan en esta área dan un asesoramiento oportuno en todas las fases, por ejemplo, evitando que se deje en el olvido algún trámite importante o no se estén al día los requisitos básicos para el funcionamiento. En fin, se dedicará a resolver las necesidades financieras, legales y fiscales de empresas disruptivas y startups tecnológicas.
Por lo general, estos despachos están compuestos por un equipo multidisciplinario de profesionales que pueden solventar problemas en materia mercantil, tecnologías de la información, propiedad intelectual y la comunicación. Pero, lo que marcará la diferencia entre dos lugares que presten este mismo servicio será la capacidad para involucrarse con los miembros de la sociedad o junta directiva.
Como expertos comprometidos con su labor, tienen que estar en una posición de cercanía, para sentir como parte la compañía. Aquellos que se mantienen como consultores externos solo podrán conocer una parte de la realidad que vive ese cliente y no logrará dar una orientación precisa.
En este sentido, busque a un grupo de abogados para startups que le dé un soporte personalizado desde la fase inicial, hasta la consolidación de la idea.